Pláticas de Miedo Alrededor de la Fogata

Una de las actividades favoritas en Sierra Lago es la fogata nocturna con bombones; en ella se convive con los amigos, la familia o con otros huéspedes del resort; se charla alegremente, en franca camaradería; el imponente entorno de la naturaleza sumida en la oscuridad de la noche y el cielo cuajado de estrellas dan al momento un sabor místico. Si a esta atmósfera le añadimos una charla sabrosa, particularmente de historias de miedo, podremos contar con un recuerdo inolvidable.

México es un país lleno de historias y leyendas, toda su geografía está poblada de fantasmas y mitos; por ejemplo, en el estado de Jalisco es famosa la historia de los túneles de fn Pedro Tlaquepaque; se dice que fueron construidos durante la guerra cristera para que los curas y demás clérigos escaparan de las tropas del gobierno, pero también se habla de que son lugar de apariciones fantasmales y encantamientos. Que es posible perderse en ellos y jamás volver a salir a la luz del día, o que en ellos habita una mujer vestida de negro que te guiará hacia la muerte.

En la Ciudad de México se hizo famosa otra anécdota que contaban los taxistas que pasaban de noche frente al venerable Panteón de Dolores; decían que, sin saber cómo, de repente veían en el asiento de atrás de su taxi a una persona (usualmente mujer) que iba sentada muy seria, con un velo cubriéndole el rostro; apenas se estaban recuperando del susto cuando la mujer desaparecía y, a través del espejo retrovisor veían cómo iba entrando por la puerta principal del panteón, con los pies separados unos 15 centímetros del suelo. Muchos jamás volvían a pasar por ahí.

El Aventón

El Aventón

Otra leyenda que se hizo famosa tiene que ver con dos chicas que piden “raid” en la carretera; la leyenda la sitúa en varios caminos de México; unos dicen que en la carretera México – Cuernavaca; otros que en el “Espinazo del Diablo” (tenebrosa vía que conectaba el puerto de Mazatlán con la ciudad de Durango, de cerradas curvas y enormes altitudes, con orígenes en tiempos de la revolución mexicana y ahora dichosamente sustituida por una moderna autopista), o en alguna otra carretera.

El caso es que el automovilista que circulaba por ahí en la noche se encontraba a medio camino con dos guapas jóvenes que pedían “auto stop” (o “aventón”); el acomedido chofer se detenía, las invitaba a subir y en el trayecto entablaba una amena plática con ellas, bromeaban un poco y hasta quedaban de verse días después, las dejaba en su casa y cuando volvía al poco tiempo para cumplir con la cita, le informaban que las jóvenes no vivía ahí, que habían muerto años atrás en un fuerte accidente sucedido precisamente en el sitio donde él las había subido.

¿Conoces más historias y leyendas espeluznantes? Compártelas en nuestro blog o resérvalas para cuando vengas a Sierra Lago y estés en torno a la fogata, en medio de la noche, y quieras lograr un momento no sólo divertido, sino también escalofriante.